Reducir excesivamente la ingesta de alimentos puede generar efectos negativos a corto y largo plazo, tanto en la salud física como emocional. Comer menos no siempre es la mejor solución para mejorar la salud por varias razones:
Metabolismo: Cuando reduces drásticamente la ingesta de calorías, tu organismo interpreta un "modo de ahorro de energía" y tu cuerpo entra en "modo de supervivencia" ralentizando el metabolismo para conservar energía. Esto puede hacer que sea más difícil un buen balance de composición corporal entre masa muscular y tejido graso y mantenerlo a largo plazo.
Pérdida de Nutrientes: Comer menos puede llevar a una ingesta insuficiente de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales, proteínas y otros macronutrientes esenciales, lo que afecta la función del sistema inmunológico, la salud ósea, la energía diaria y otros procesos vitales.
Pérdida de Masa Muscular: La restricción calórica severa puede causar la pérdida de masa muscular en lugar de grasa. Mantener la masa muscular es importante para la fuerza, el metabolismo y la salud en general.
Satisfacción y Placer: La comida es una fuente de placer y disfrute y una forma de socializar y establecer vínculos emocionales tanto con la alimentación como con las personas con las que compartimos estas situaciones.
Relación negativa con la comida: Un enfoque restrictivo fomenta una mentalidad de "todo o nada" provocando sentimientos de privación y aumentando el riesgo de episodios de atracones y sentimientos de culpa.
Impacto laboral y social: Comer menos puede causar irritabilidad, falta de concentración y otros problemas asociados con la dificultad en la ejecución y resolución de las tareas cotidianas habituales.
Salud Mental: Restricciones dietéticas severas pueden aumentar el estrés y la ansiedad relacionados con la comida, afectando negativamente tu salud mental.
Porqué Comer menos No es una buena estrategia:
Reducir las ingestas no aborda la creación de hábitos sostenibles por varias razones:
Comportamientos Temporales: La restricción calórica extrema a menudo no es sostenible a largo plazo. Una vez que se alcanzan los objetivos de peso, es común que las personas vuelvan a sus antiguos hábitos, lo que puede llevar a recuperar el peso perdido y, en algunos casos, a ganarlo de nuevo.
Educación y Conciencia: Reducir simplemente la cantidad de comida no educa sobre la importancia de elegir alimentos nutritivos y balanceados. No fomenta una comprensión profunda de cómo ciertos alimentos afectan el cuerpo y la mente.
Motivación y Satisfacción: Los hábitos alimenticios sostenibles están basados en la satisfacción y el placer. Comer menos puede llevar a sentir privación, lo que puede disminuir la motivación para mantener un estilo de vida saludable a largo plazo.
Hábitos de Vida: La salud no solo depende de la cantidad de comida, sino de la calidad de los alimentos, el nivel de actividad física, el manejo del estrés y el sueño adecuado. Un enfoque holístico es clave para hábitos sostenibles.
Adaptación y Flexibilidad: Los hábitos sostenibles permiten adaptaciones y flexibilidad, lo cual es crucial para mantener un estilo de vida saludable en diferentes circunstancias y etapas de la vida.
En lugar de simplemente comer menos, es más efectivo enfocarse en comer mejor: Elige alimentos nutritivos y balanceados, come de manera consciente y escucha las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo. Esto te ayudará a mantener un agradable bienestar corporal y emocional.
En mi consulta de Dietista en Calella de Mar, desarrollamos todas las estrategias necesarias y beneficiosas para tu Salud.