A todos nos apetece levantarnos y sentarnos ante unas tostadas calentitas con mantequilla y mermelada con el olor del café con leche humeante.
Tenemos aquí:
- Pan de trigo blanco de molde. Con azúcares y grasas añadidos.
- Mermelada con un máximo de 50% aprox. de fruta y mucho azúcar del 50% para arriba.
- Mantequilla, grasa saturada (no hay que huir, no asustarse) o margarina vegetal, grasa igual o peor aún.
¿Y la proteina…?: Lo sentimos, no hay proteina.
Café con leche: Seguro que como casi todo el mundo hoy en día, has dejado la demonizada leche de vaca (ya hablaremos algún día) y te pones bebida de avena. Tiene apróximadante 10 veces más contenido en hidratos y azúcares que la leche de vaca y menos de la mitad de proteinas. Además le añadirás azúcar, blanco o moreno, más azúcar. Y seguimos sin proteinas.
Resultado del delicioso coctel matutino de azúcares, grasas y poca cosa más:
No vas a perder ni un gramo de grasa.
Tendrás hambre dentro de un par de horitas, tres a lo más…